Cuando una persona necesita alquilar un piso para estudiar durante el curso académico, o un apartamento para las vacaciones, o una vivienda solo para un par de meses por trabajo puntual en otra ciudad, necesita un tipo de arrendamiento que no se ajusta a los parámetros del arrendamiento de vivienda.
En esos supuestos, estamos hablando de arrendamientos de temporada, que se rigen por unas normas distintas a los arrendamientos de vivienda.
En este artículo vamos a ver en qué consiste este tipo de arrendamiento y cómo funciona.
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Contacte con nosotras¿Qué es un arrendamiento de temporada?
El arrendamiento de temporada se define más por lo que no es que por lo que es. Un arrendamiento de temporada es un arrendamiento de inmueble para un uso distinto del de vivienda y del de local comercial.
El arrendamiento de temporada no responde a una necesidad permanente de vivienda, ya que se supone que el inquilino ya satisface esa necesidad con otro inmueble en el que tenga establecido su domicilio principal.
Así, en el arrendamiento de temporada, la finalidad que se persigue es satisfacer la necesidad de habitación durante un periodo de tiempo limitado y adaptado a la duración de otra actividad que suponga la finalidad principal.
Por ejemplo, un estudiante alquila una vivienda durante el curso escolar como algo accesorio a su necesidad de cursar sus estudios. Cuando se acaba el curso, se termina su necesidad de vivienda. Del mismo modo, una familia puede alquilar un apartamento en la playa porque necesita un sitio donde estar durante sus vacaciones estivales, pero no tiene intención de establecer allí su vivienda permanente ni principal.
No se puede fijar un plazo máximo que actúe como límite entre el alquiler de vivienda y el alquiler de temporada porque no está previsto en la ley, ya que, como se ha dicho, lo primordial aquí es el fin que motiva el arrendamiento.
¿Dónde se regula el arrendamiento de temporada?
El arrendamiento de temporada también encuentra su regulación en la Ley de Arrendamientos Urbanos, junto al arrendamiento de vivienda, pero diferenciado de él.
El artículo 3 lo incluye expresamente entre los tipos de arrendamientos distintos del de vivienda, que, en su apartado 1, recoge una definición general de todos los arrendamientos de ese tipo, y lo hace por contraposición al de vivienda.
En el apartado 2 del mismo artículo se citan específicamente los arrendamientos de fincas urbanas celebrados por temporada, sea de verano o cualquier otra, junto al arrendamiento de locales comerciales, profesionales o de cualquier otro tipo.
Como consecuencia, no serán de aplicación a los arrendamientos de temporada los artículos que regulan el arrendamiento de vivienda, sino los que aparecen bajo el epígrafe de arrendamientos para uso distinto del de vivienda, en el Título III de la ley.
¿En qué consiste un contrato de arrendamiento de temporada?
El contrato de arrendamiento de temporada es aquel por el que el inquilino acuerda con el arrendador el alquiler de un inmueble habitable para usarlo durante el tiempo limitado que dure la actividad que constituya la finalidad principal, y que en ningún caso podrá ser la de satisfacer su necesidad permanente de vivienda.
Podrá celebrarse por el tiempo que sea necesario, ya que la ley no establece ninguno en concreto, y si las partes lo acuerdan así, será posible prorrogarlo, aunque no es lo habitual.
Durante el tiempo de duración fijado en el contrato, las partes tendrán la obligación de mantener el arrendamiento, a menos que en el contrato se haya previsto expresamente la posibilidad de que termine antes del plazo en algunos supuestos.
El arrendador no podrá recuperar el inmueble hasta que finalice el plazo pactado para el arrendamiento, salvo que el inquilino no cumpla con lo pactado, en cuyo caso, el arrendador podrá resolver el contrato.
¿Qué forma debe tener el contrato de arrendamiento de temporada?
El contrato de arrendamiento de temporada podrá hacerse en cualquier forma que quieran las partes, incluso verbal, pero arrendador y arrendatario podrán obligarse recíprocamente a formalizarlo de manera escrita.
En el contrato por escrito deberá constar la identidad de los contratantes, la identificación clara y precisa del inmueble arrendado, la duración pactada para el arrendamiento, el importe de la renta y la fianza y cualquier otra cláusula que las partes acuerden.
Por ejemplo, se deberá incluir la posibilidad de prórroga o la opción de terminar el contrato antes del tiempo pactado en determinados supuestos.
¿Se puede pedir fianza en un contrato de arrendamiento de temporada?
Sí, el artículo 36.1 de la Ley de Arrendamientos Urbanos establece los términos de la fianza tanto para los arrendamientos de vivienda como para los de uso distinto al de vivienda.
Conforme a dicho artículo, para el arrendamiento de temporada será obligatoria la exigencia y prestación de fianza en metálico, y su cuantía será la equivalente a dos mensualidades de renta.
Al finalizar el tiempo pactado, el arrendador deberá devolvérsela al arrendatario, una vez descontado, en su caso, el importe de los gastos de las reparaciones necesarias que fueran responsabilidad del arrendatario.
¿Cuáles son los derechos y obligaciones en un arrendamiento de temporada?
Las obligaciones de arrendador y arrendatario en lo que respecta al deber de conservación del inmueble en este tipo de contrato de temporada son las mismas que para los arrendamientos de vivienda, en concreto:
- El arrendatario tiene la obligación principal de pagar la renta y hacer un uso adecuado del inmueble, y el arrendatario debe respetar el arrendamiento durante el tiempo que dure el contrato.
- El arrendador debe realizar las reparaciones necesarias para garantizar las condiciones de habitabilidad de la vivienda.
- El arrendatario deberá informar al arrendador de la necesidad de hacer las reparaciones mencionadas.
- El arrendatario deberá ocuparse de las pequeñas reparaciones que exija el desgaste por el uso ordinario.
¿Cuándo termina el arrendamiento de temporada?
El arrendamiento de temporada termina por la expiración del plazo pactado, pero, además, el arrendador podrá resolver el contrato de pleno de derecho por las siguientes causas (artículo 35 de la Ley de Arrendamientos Urbanos):
- Por falta de pago de la renta o de las cantidades asimiladas que corresponda pagar al arrendatario.
- Por falta de pago de la fianza.
- Por la realización de daños causados intencionadamente en el inmueble por el arrendatario, o de obras no consentidas por el arrendador cuando su consentimiento fuera necesario.
- Por la realización en la vivienda de actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas.
- Por la cesión o subarriendo no consentidos por el arrendador.
Socia fundadora de TresK Abogadas. Abogada especialista en derecho inmobiliario con una amplia trayectoria profesional y más de 20 años de experiencia.
Licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Abogada miembro del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid (col. Nº 70.456).